domingo, 30 de enero de 2011

Niños grandes en parques infantiles

Buena noche echamos ayer tres colegas celebrando el fin de exámenes por la ciudad hispalense, disfrutando del buen tinto, la rica cerveza pilsen y el famoso John'Cor de a 5 del Mercadona...

Faltaron unos pocos grados de temperatura, pero la temperatura era tal como para relucir mi amada, manchada y trabajada camiseta de los Rolling Stones.
Fue en el 84 de la Alameda de Hércules, un pub de diversas índoles...donde tuvimos el placer de conocer a tres cuarentones. Cuarenta y seis años tenían.

La conversación empezó hablando del hipnotismo. No sé cómo rompí el hielo, la verdad que cada día me sorprendo más de mis métodos.

El hombre, un hippie de la ostia, con sudadera de rallas y una barba a la altura de su altura.

Una mujer iba como una mujer de su edad más o menos. Se incorporó un poco más tarde a la conversación, instante en el que comenzaría a nombrar a las madres en todo instante.

La última fue la que más me llamó la atención. Falda de cuadros típica de uniforme de colegio, botas,  rebeca y pañuelo. Quien diría que esta mujer podría tener cuarenta y seis años! En la vida me imaginaría a mis padres  en su lugar.

Contó que su hija, con un año más que yo se encontraba estudiando, que tenía exámenes, y habló de sus jóvenes novios. Me alegró ver a una persona con estas ganas de vivir y tirar pa'lante. Aunque por otra parte me sorprendió verla con esas pintas, que aparentemente no pertenecían a ella.

Pensé en el por qué y creo que la respuesta es que así consigue mayor integración. Sería interesante la integración entre generaciones, todos tenemos algo que aprender los unos de los otros.

Por ello, desde aquí lanzo un bravo por estos jóvenes.

Salú

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